Primeramente hay que destacar que la fertilidad varía con la edad y el género. Tanto los hombres como las mujeres se vuelven fértiles en la adolescencia, después de la pubertad, pero luego hay diferencias notorias entre ambos sexos.
Para las niñas, el inicio de su vida reproductiva está marcado por el inicio de la ovulación con la consecuente menstruación y normalmente se entiende que después de la menopausia, las mujeres ya no pueden quedar embarazadas. En general, el potencial de reproducción disminuye a medida que avanza la edad de la mujer y normalmente la fertilidad finaliza entre cinco y diez años antes de la menopausia.
En la sociedad actual, la infertilidad relacionada con la edad es cada vez más común ya que, por diversas razones, muchas mujeres esperan hasta los 30 años para formar sus familias. A pesar de que las mujeres de hoy son más saludables y cuidan de sí mismas mejor que nunca, una mejor salud en la edad adulta no llega a contrarrestar la declinación natural de la fertilidad relativa a la edad.
Es importante entender que la fertilidad disminuye con la edad de la mujer debido a la disminución normal relacionada con la edad en la cantidad de óvulos que quedan en los ovarios, dado que cada mujer nace con una cantidad determinada de ovocitos que van disminuyendo a medida que van ovulando cada mes. Esta disminución puede ocurrir mucho antes de lo que la mayoría de las mujeres esperan.
A diferencia del descenso temprano de la fertilidad femenina, la disminución de las características fértiles de los espermatozoides en el hombre, se produce mucho más tarde y no se convierte en un problema sino hasta después de que un hombre tenga aproximadamente 60 años. Es evidente que no es comparable a la mujer, siendo la diferencia clave la cantidad de células sexuales que se liberan en cada eyaculado. Aunque no son tan bruscos ni evidentes como los cambios en las mujeres, los cambios en la fertilidad y la función sexual también se producen en los hombres con la edad avanzada.
A medida que los hombres envejecen, sus testículos tienden a ser más pequeños y más blandos, por lo que la morfología (forma) y motilidad (movimiento) de los espermatozoides tienden a disminuir, sumado que existe un riesgo ligeramente mayor de presentar defectos genéticos en los espermatozoides.
A esos factores se suma que un hombre puede tener problemas relacionados con la libido (falta de testosterona) o las erecciones, lo que también son causas de infertilidad.
LA OVULACIÓN Y EL CICLO MENSTRUAL
Durante los años reproductivos, las mujeres tienen menstruaciones, períodos menstruales regulares mensuales, porque ovulan regularmente cada mes. Los óvulos maduran dentro de esferas llenas de líquido denominadas “folículos”.
Al comienzo de cada ciclo menstrual, cuando una mujer tiene su período, una hormona producida en la glándula pituitaria, que se encuentra en el cerebro, estimula un grupo de folículos a crecer más rápidamente en ambos ovarios. La hormona pituitaria que estimula los ovarios recibe el nombre de hormona foliculoestimulante (HFE). Normalmente, solo uno de esos folículos alcanza la madurez y libera un óvulo (ovula); poco a poco, el resto dejará de crecer y se degenerará. Se produce un embarazo cuando ese óvulo es fecundado y se implanta en el revestimiento del útero (endometrio). Si no se produce un embarazo, el endometrio se desprende como flujo menstrual y el ciclo comienza de nuevo.
Durante los primeros años de la adolescencia, las niñas suelen tener una ovulación irregular, la cual produce ciclos menstruales irregulares, pero apartir de los 16 años deberían haber establecido una ovulación regular.
Los ciclos de una mujer seguirán siendo regulares, de 26 a 35 días, hasta finales de sus treinta o principio de sus cuarenta, cuando podrá notar que sus ciclos se acortan. A medida que pasa el tiempo, comenzará a perder ovulaciones, lo cual dará como resultado la pérdida de períodos. Finalmente, los períodos serán cada vez más infrecuentes hasta que desaparezcan por completo. Si una mujer no tiene un período menstrual en un año completo, se dice que está en la menopausia.
A medida que las mujeres envejecen, la fertilidad disminuye debido a cambios normales relacionados con la edad que se producen en los ovarios.
A diferencia de los hombres, que continúan produciendo espermatozoides a largo de su vida, la mujer nace con todos los folículos que contienen células precursoras de los óvulos en sus ovarios y no produce folículos nuevos durante su vida.
Al nacer, una mujer tiene aproximadamente un millón de folículos. En la pubertad, esa cifra habrá disminuido a aproximadamente 300,000. De los folículos que quedan en la pubertad, solamente 300 serán ovulados durante los años reproductivos.
La mayoría de los folículos no se consumen en la ovulación sino a través de un proceso gradual de pérdida denominado atresia. La atresia es un proceso degenerativo que se produce independientemente de que la mujer esté embarazada, tenga ciclos menstruales normales, utilice métodos anticonceptivos o reciba tratamiento de la infertilidad.
Un dato importante a tener en cuenta es que las mujeres fumadoras parecen experimentar la menopausia alrededor de un año antes que las no fumadoras.
La mejor edad reproductiva de una mujer es cerca de los 20 años. La fertilidad disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años. Cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada. A la edad de 40 años, la probabilidad de una mujer es inferior al 5% por ciclo, lo que nos dice que las mujeres no son fértiles hasta la menopausia. La edad promedio de la menopausia son los 51 años, pero la mayoría de las mujeres se vuelven incapaces de lograr un embarazo con éxito alrededor de los 45 años.
Estos porcentajes son válidos tanto para la concepción natural como para la concepción por medio de un tratamiento de fertilidad, incluida la fertilización in vitro (FIV). La pérdida de la fertilidad femenina relacionada con la edad se debe a que tanto la “calidad” como la “cantidad” de óvulos disminuyen gradualmente.
CALIDAD DE LOS ÓVULOS
Las mujeres tienen menos probabilidades de quedar embarazadas y de sufrir abortos espontáneos debido a que la calidad de los óvulos disminuye a partir de los 35 años en forma muy marcada. Las evidencias mas importantes en la calidad del óvulo es la frecuencia con la que se producen las anomalías genéticas denominadas aneuploidía (demasiados o muy pocos cromosomas en el óvulo).
En la fecundación, tanto el óvulo normal como el espermatozoide que lo fecunda tienen 23 cromosomas cada uno; de este modo, el embrión resultante tendrá un total normal de 46 cromosomas.
CANTIDAD DE ÓVULOS
La cantidad cada vez menor de folículos que contienen óvulos en los ovarios se denomina “pérdida de la reserva ovárica.” Las mujeres comienzan a perder la reserva ovárica antes de volverse estériles y antes de dejar de tener períodos regulares. Dado que las mujeres nacen con todos los folículos que tendrán en su vida, el grupo de folículos en espera se reducirá gradualmente. A medida que disminuye la reserva ovárica, los folículos se vuelven menos sensibles a la estimulación hormonal, por lo que necesitan más estimulación para que un óvulo madure y ovule. La reserva ovárica disminuida por lo general está relacionada con la edad y se produce debido a la pérdida natural de los óvulos y a la disminución de la calidad media de los óvulos restantes Las mujeres con reserva ovárica disminuida tienen menos probabilidades de quedar embarazadas que las mujeres con reserva ovárica normal de su mismo grupo de edad. No existe ninguna prueba ni ninguna combinación de pruebas que sea 100% exacta.
EVALUACIÓN DE INFERTILIDAD EN UNA PAREJA
La infertilidad generalmente se diagnostica si una mujer no ha quedado embarazada luego de mantener relaciones sexuales sin protección (es decir, sin utilizar métodos anticonceptivos) durante un año. Sin embargo, si tiene 35 años o más, la evaluación debería comenzar luego de 6 meses de intentar concebir sin éxito.
Si una pareja tiene un problema médico evidente que afecta su capacidad para concebir, como ausencia de períodos menstruales (amenorrea), disfunción sexual, antecedentes de enfermedad pélvica o cirugías previas, debe comenzar la evaluación de infertilidad inmediatamente.
Las pruebas de fertilidad pueden incluir la detección de la ovulación y la evaluación de las trompas de Falopio, el cuello uterino y el útero.
A la pareja masculina se le realizará un análisis de semen. La mayoría de las pruebas pueden estar listas dentro de los tres meses y el tratamiento apropiado se puede iniciar inmediatamente luego de que la evaluación haya concluido.